José María Merino reflexiona sobre el empobrecimiento paulatino del lenguaje a partir de la invasión de los anglicismos en la lengua española y del peligro que supone la pérdida de palabras y la decadencia del discurso.
El problema es la pérdida de palabras y la invasión de esa gran lengua a la cual amo y respeto que es el inglés. Venía ahora en coche y voy tomando nota porque veo cómo cada día tenemos más anglicismos en la vida cotidiana, incluso he visto juegos de palabras que a un inglés le costaría trabajo entender. “O my Cut” para decir peluquería de señoras que es “o dios mío” pero que es “o mi corte”, pero porqué no podemos poner “peluquería de señoras”, por qué no podemos poner bazar, porque tenemos que estar buscando “outlet” . Toda la vida ha habido “precios rebajados”, “saldos”, ahora el “outlet” está hasta en los vinos. En mi barrio hay una tienda de vinos que ya pone “outlet” y eso me sorprende, la pérdida que estamos teniendo de un vocabulario rico que pertenece a quinientos millones de personas. Ninguno de los hablantes de español conoce hasta dónde llega su vocabulario. Luego está el empobrecimiento que está viendo de la comunicación. Las nuevas tecnologías me parecen maravillosas pero no estamos sabiendo convivir con ellas, estamos creyendo que el discurso brevísimo de ” Twitter” y “Whatsapp” es suficiente para comunicar. El discurso complejo es fundamental para nosotros, sí vamos empobreciendo lenguaje cada día seremos más pobres y estaremos más indefensos. Cada día somos menos capaces de afrontar la realidad.
Hay una especie de papanatismo de incorporar anglicismos innecesarios a nuestra lengua
Ahora entre la gente joven hay la idea de que puedes tener un vocabulario de muy pocas palabras y expresarlo todo. Hombre pues no. Cada vez que reduces palabras reduces el mundo que te rodea, conoces menos de la realidad y eso es lo que me preocupa, esa especie de empobrecimiento paulatino de lenguaje. Esa aceptación de “selfie”, pero qué bonito es autorretrato. “Selfie” no sé si ha entrado y no sé si entrará. A veces nos dicen a los académicos: claro es que hay palabras nuevas y ustedes… Yo les digo, esperen. Las cosas van tan deprisa que dentro de un mes y medio ya no se dice “selfie”, se llama de otra manera. Hay una especie de papanatismo de incorporar anglicismos innecesarios a nuestra lengua y hay un empobrecimiento del discurso y de la expresión.
El tener cada vez menos palabras y pensar que los discursos un poco complejos son difíciles y que no hay porque leer una novela, o hay que leer una novela que sea fácil de entender, creo que es peligroso.
Extracto de entrevista a José María Merino, en Conocer al Autor.