Para mí escribir es una forma de conocimiento. Si no escribimos a partir del conocimiento de uno mismo y de los otros no estamos escribiendo, quizá simplemente estamos redactando algo. Escribir es mucho más que eso y para alguien que está empezando escribir creo que lo más importante es que esté absolutamente convencido de que lo que va a escribir, sea este un poema, un cuento o una novela, tenga sentido para el mismo. No importa que fracase, no importa que no salga adelante en este proyecto pero es la única forma para poder empezar escribir. Escribir no es un acto mecánico, es todo un proceso interior, una puesta en escena de una serie de situaciones del mundo, de conflictos humanos, de conflictos amorosos, sentimentales, de pasiones y eso es muy importante. Poner esto en palabras es algo muy complejo, no es algo que se aprende y se decide de un día para otro, es un proceso y es toda una vida.
volvemos a los libros de ciertos autores no solamente por las historias que cuenta sino por la manera en que este escritor mira el mundo y como esa mirada nos fascina y nos encanta
A mí me ha tomado muchos años llegar al punto de madurez en el que el hecho de escribir sea algo más que redactar algo. Un escritor inventa una manera especial de mirar el mundo que es la de él. Cada escritor es una forma de mirar el mundo. La mirada de un escritor es más importante a veces que las mismas palabras porque es la que de alguna manera define su estilo, la atmósfera que escribe, las situaciones, las historias que cuenta, eso le diferencia de otros escritores, eso le hace algo único. Leemos un libro o volvemos a los libros de ciertos autores no solamente por las historias que cuenta sino por la manera en que este escritor mira el mundo y como esa mirada nos fascina y nos encanta.
Escribir es disciplina, no se puede escribir desde el caos y el desorden. Al principio yo era muy mucho más disciplinado de lo que soy ahora, me levantaba muy temprano y trabajaba un poco. Podríamos creer que la poesía está o viene de una cierta inspiración pero esto no ocurre con la novela, con el cuento. Los escritores, los novelistas, somos definitivamente como obreros que trabajamos día a día y día a día escribimos una o dos páginas y al final del año hemos edificado una novela. Este proceso largo y complejo me resulta muy apasionante pero también a veces muy muy agobiante, la escritura exige mucho tiempo, mucha dedicación no solamente en el sentido de sentarse y escribir sino también de elaborar, pensar, descartar posibilidades.
Dentro del proceso de escritura hay muchas rarezas, vienen personas, amigos que te cuentan una historia fascinante, extraordinaria y sin embargo no te dicen nada y vas en el bus y oyes un pedazo de conversación entre dos mujeres y ese detalle es que te impulsa a escribir de pronto un cuento y probablemente el cuento de tu vida. Estas son las rarezas, las extravagancias de la literatura.
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